
Eterno Plan B. Con el más absoluto descaro, el señor Cavallo opina sobre cómo mejorar la realidad argentina, amparado en el pseudo olvido que practican los cómplices de la destrucción nacional, desde la Sociedad Rural hasta la "gran prensa" y sus imitadores de tamaño small del interior.
A los llamados “Plan B” los imponen las grandes crisis en los grandes estados. Son los suplentes del “Plan A” cuando este fracasa.
El plan B es un recurso extremo. Es al bote a remo que salvará a los pasajeros de un crucero si este se hunde. Es el arquero que entra a la cancha solo cuando el titular se lesiona. Se supone que el suplente es inferior al titular. Es un reemplazo forzado, con más dudas que certezas. El plan B era la salida de emergencia de Cromagnon. Fueron el fracaso del corralito y del corralón. Fue lo que hizo Menen en lugar de hacer lo que prometió en la campaña.
Es el aumento de sueldo a los funcionarios municipales con la excusa de que los actuales son burros porque ganan poco.
Cuando un plan A funciona el plan B solo queda en hipótesis. El primer matrimonio es el plan A: aspira al éxito de por vida. Plan B es el segundo matrimonio, que a veces no basta y se prolonga en el tercero.
Plan B es el Viagra para postergar el inevitable retiro. Es ir al psicoanalista cuando uno ya no se aguanta a sí mismo. La huelga también es plan B, El Plan A es ir al trabajo. Salvo en el caso de los docentes. Para ellos la huelga es el Plan A: cada año se niegan a comenzar las clases si primero no les aumentan el sueldo.
También el paro de la Mesa de Enlace es un Plan A, aunque en ellos se justifica porque mientras el amo corta las rutas el peón sigue trabajando, las vacas siguen dando leche y la soja sigue creciendo.
El plan A de la Argentina actual presume tener resistencia. Sin embargo esta amenazado por los adictos a los planes B.
Sus instigadores siempre son más ricos que nosotros. Declaman con angustia que la inflación es un horror pero llenan el carrito del supermercado sin mirar los precios. Son los que hablan de la pobreza pero no de la causa que la produce.
Sienten rencor por el buen resultado del Plan A y le hacen zancadillas. Quieren retirarlo de la cancha. Son carroñeros y están al acecho del primer olor a sangre.
La oposición es hincha del plan B. Siempre: Se opone a todo, sin antes evaluar si hay algo en el “A” que valga la pena ser aprobado. Algunos socios vitalicios del plan B son De Angeli, Carrió, Luis Juez, Lozano, Morales, todos los Melconian, el rabino Bergman - superior al Cardenal Bergoglio-, el ex piloto Piñeyro, Mirtha Legrand y los periodistas puros.
¿Los periodistas puros? Sí, porque donde más se lucen es en el drama y el escándalo.