
DOCUMENTO DE LA MULTISECTORIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS ANTE 33º ANIVERSARIO DEL GOLPE DE ESTADO
Al cumplirse 33 años del último Golpe de Estado en nuestro país, esta Multisectorial se junta nuevamente para ejercitar la memoria, darle luz a la verdad y reclamar justicia.
Recuperar la Memoria colectiva es un compromiso social y político que implica resignificar nuestro pasado reciente. Es así que este ejercicio, que es tan doloroso, apunta a resolver el trauma que dejó el terrorismo de Estado en todos los aspectos de nuestra sociedad.
Hacer memoria es tener siempre presente que la maquinaria represiva montada por las Fuerzas Armadas, para truncar los diversos proyectos populares de millones de argentinos comprometidos con la lucha por un país justo, fue sostenida por sectores civiles que actuaron como ideólogos, cómplices y beneficiarios de la última dictadura militar.
La Sociedad Rural Argentina, la Cámara Argentina de Comercio, CARBAP, la Cámara de Asociaciones Anónimas y la Cámara Argentina de la Construcción impulsaron el lockout patronal del 16 de febrero de 1976. Este paro empresarial dio el clima propicio para que la Junta Militar se apoderara del gobierno; y encaminada las cosas, tales sectores nutrirían de funcionarios a los ministerios que regulaban la economía nacional.
Empresas como Ingenio Ledesma, Loma Negra, ITT, Westinghouse, Shell Company, Mercedes Benz, Ford, ACINDAR, SIDERCA, entre otras, financiaron y brindaron medios para concretar la represión.
En el orden de la justicia, muchos jueces y fiscales le guiñaron el ojo a los genocidas para enviar a nuestros compañeros a los Centros Clandestinos de Detención para ser torturados y posteriormente asesinados y desaparecidos de la manera más humillante que puede sufrir una persona.
Otro sector cuya complicidad con la dictadura fue relevante es el de los medios de comunicación. Las grandes estaciones de radio, canales de televisión y periódicos tradicionales destaparon champagne para festejar la implementación de la Ley de Radiodifusión que firmó el represor Jorge Videla. Es así que muchos periodistas tergiversaron y prefirieron darle el micrófono a un emisor autoritario que transmitiera un mensaje esencialmente cínico y mentiroso.
En el marco del Vicariato Castrense, los capellanes militares, policiales y penitenciarios bajo cooperaron con la acción represiva. La cúpula eclesiástica respaldaba complaciente el Proceso.
Es evidente que la mayoría de la sociedad no fue responsable del Golpe ni sus consecuencias económicas, políticas y socioculturales. La Dictadura Militar se gestó y dirigió desde los intereses de minorías civiles: empresas multinacionales, grupos económicos locales y sectores eclesiásticos impusieron un modelo de país para 10 millones de argentinos. Trabajadores, vecinos, sacerdotes, estudiantes, militantes sociales y políticos fueron torturados y desparecidos en nombre de ese proyecto de país.
A 33 años del Golpe, las marcas que éste nos dejó siguen doliendo. Y cada vez que el pueblo elige los mecanismos democráticos para curar las heridas, los mismos sectores que fueron ideólogos y cómplices reaccionan de maneras políticamente incorrectas. La redistribución de la riqueza es un punto que molesta a los golpistas. No comprenden, ni quieren comprender, que la seguridad en este país implica repensar la justicia social y la plena vigencia de los Derechos Humanos.
Entendemos que quienes hoy están detrás de la doctrina de “mano dura” lo hacen con la clara intención de avasallar directamente a los sectores más perjudicados de la sociedad, porque sabemos que las políticas represivas son falsas recetas para solucionar los problemas del país.
Pero una vez más el pueblo argentino no se resigna a la derrota y avanza. No sólo en materia judicial por los crímenes de Lesa Humanidad perpetrados por la dictadura, sino en la recuperación económica, social y política que la Argentina ha estado viviendo.
Sostenemos que aún no es suficiente. Es por eso que repudiamos las medidas económicas y políticas de quienes teniendo gran poder adquisitivo hoy se niegan a la redistribución de la riqueza socialmente producida. Argentina no debe retroceder. América Latina anuncia, con diferentes intensidades y matices, nuevos aires de cambio se respiran.
Más que nunca debemos levantar las banderas de los 30.000 compañeros desaparecidos; haciendo ejercicio continuo de la memoria colectiva que nos obliga a mirar hacia atrás con un solo objetivo: construir un futuro en el que no se repitan los mismos errores, basado en respeto pleno de la vida, la libertad y la democracia, y sobre todo hacia un país para todos, equitativo, justo y soberano.
MULTISECTORIAL POR LOS DERECHOS HUMANOS. Río Cuarto, 23 de marzo de 2009