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//29 de Julio, 2009

LA POLICIA FISCAL ...ES UN DESPROPOSITO

por invitado a las 15:01, en Actualidad Local

Daniel Reiloba (*), ex secretario de Economía de Benigno Rins, reflexiona sobre la política fiscal del intendente Juan Jure y advierte que es un error apostar al impuestazo y la Policía Fiscal.

La decisión del gasto municipal se fundamenta en el deber de todo gobierno de satisfacer la necesidad pública promoviendo el bienestar general. Las erogaciones deben ser congruentes con los fines de interés público, debido a que la satisfacción de la necesidad social es el presupuesto de legitimidad del gasto. La contrapartida es la aptitud económica de los miembros de una comunidad para contribuir a la cobertura de dichos gastos según su capacidad contributiva. El Estado debe respetar los valores de justicia y equidad aplicando cargas tributarias razonables. Una tercera pata de este esquema es la capacidad del Estado de contraer deudas. Ello se justifica si se utilizan esos recursos con un sentido mesurado y productivo y no para compensar un déficit permanente en las cuentas públicas.

Desde fines de 2006, el municipio de Río Cuarto arrastra un déficit permanente. Es imprescindible tomar medidas urgentes para corregir los desequilibrios financieros, erradicar los gastos desproporcionados y superfluos y poner el norte en una política presupuestaria y financiera coherente, basada en dos enunciados esenciales: incremento genuino de la recaudación propia y racionalidad en la aplicación del gasto municipal.

La formulación de presupuestos serios y responsables permite planificar, estableciendo líneas de trabajo para administrar recursos escasos ante necesidades crecientes, logrando una buena ejecución presupuestaria. Así se hizo en el año 2005, cuando de un presupuesto aproximado a los $ 120.000.000 se logró ejecutar un 80 %, con una deuda flotante razonable, empleados y proveedores al día y un plazo fijo de $ 11.500.000. 

A partir de los primeros meses del 2006, debido a la política de descentralización del intendente Benigno Rins, se comenzó a generar un gasto desmesurado con escaso control presupuestario. El municipio debió recurrir al plazo fijo para cubrir su déficit mensual. Al no poder revertir esta situación por falta de apoyo político me vi obligado a renunciar porque estaba en desacuerdo con la aplicación de aumentos tributarios inequitativos como los que luego se produjeron durante la gestión de Marcelo Terzo. Se incrementó el Impuesto Inmobiliario, por ejemplo, aplicando porcentajes fijos, que son regresivos por aumentar en la misma proporción a contribuyentes con dispar poder adquisitivo. 
Cuando renuncié también me opuse al famoso fideicomiso de Rins, no como herramienta financiera, que es muy útil, sino por la forma en que se administró y el desproporcionado y poco claro costo financiero que generó, del que hoy nadie habla.

La crisis actual de la Municipalidad de Río Cuarto es consecuencia de la continuidad de aquella política de Rins, que continúa en la gestión del intendente Juan Jure. Con el agravante de que, al haberse agotado ya los plazos fijos, el déficit se cubre contrayendo nueva deuda a través del fondo fiduciario y un costoso descubierto bancario, encorsetando así irresponsablemente cualquier futura gestión de gobierno.

COERCIÓN O CONVICCIÓN
Para recaudar mejor, el intendente Jure debe hacerse acreedor de la confianza pública, demostrando que el dinero que aportan los contribuyentes tendrá un uso responsable. 
Hay muchos mecanismos para lograr eficiencia en la recaudación: un control fiscal adaptable a los permanentes cambios económicos y tecnológicos de los contribuyentes; el ejercicio de poder coactivo en un marco de respeto de las garantías individuales; el acercamiento al contribuyente a través de organizaciones representativas de distintos sectores; el desarrollo de campañas de difusión y educación tributaria; una política de información acerca del destino de lo recaudado y la responsable asignación del gasto municipal en función de prioridades determinadas por las necesidades de la comunidad y no por la discrecionalidad del gobernante de turno.

La coerción es una de las variables de la relación municipio-vecino, pero debe aplicarse en un marco de legalidad y actuando con equidad y eficiencia a los fines de lograr el cumplimiento voluntario de los tributos municipales. La creación de la Policía Fiscal es innecesaria en el marco de una estructura de ingresos que posee personal de excelencia, un marco normativo garantista, equipamiento tecnológico adecuado y elementos más que suficientes para lograr una buena recaudación, como ya ocurrió en los años 2005 y 2006, cuando se lograron los mejores niveles de determinación y cobro efectivo de los tributos municipales. 

(*) Ex secretario de Economía de la Municipalidad

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//10 de Julio, 2009

GAMSUR...SOMOS NOSOTROS

por rubenlucero a las 00:04, en Actualidad Local

El frío, la gripe y cien vehículos más. Ese es el panorama, en ese incomodo clima, Rolando atrapa la primera presa. Un viaje a San Martín al mil quinientos, vamos por Buenos Aires indica el hombre, su voz se escuda detrás de la bufanda gris. Una leve tos inquieta al conductor. El pasajero tiene ganas de hablar de la zona que le toca a Estudiantes y de la final de la copa libertadores y de Amanda, su señora que vende pastas caceras, se las recomiendo con salsa de tuco y crema, una mixta y más ahora con este frío, vio? Nada más sano que las pastas caceras, salsa de tomates maduros y hervidos. No hacen mal. Mi señora también cocina, es el campo, cuando nos casamos le regalaron una Pastalinda y los domingos la gorda se esmera, de todas maneras lo voy a tener en cuenta. Le haré publicidad dice Rolando. Los hombres se ríen.
Hay pocos autos, el trayecto se hace limpio y breve. San Martín al mil quinientos, cuatro pesos. Gracias mutuas .El cartel es efectivo. Cierre despacio. El pasajero lo hace.
Rolando acelera, hay un camión de la Emos detenido a mitad de cuadra, cinco hombres- topos aparecen y desaparecen tras la parva de tierra. Se ha roto otro caño. Ese milagro de los años cuarenta, permite el recorrido de las aguas limpias y de las servidas. Son caños tan distintos y tan iguales que alguna vez se van a interconectar entre ellos para perturbarnos aún más. Algún cronista mal pago va a descubrir la “confabulación de los plomeros zombis” y alguien desde el comité llegará hasta la intimidad del intendente sin pedir audiencia. Eso es poder reflexiona Martita desde su peluquería en la calle Suipacha.
Rolando arriba a la plaza Roca, dobla por Constitución. Bukoswky, vaya que hay lectores del tipo, pide limosnas, a metros un pibe invita a la fiesta del pico dulce. Una mujer sale de la farmacia con dos barbijos, uno en cada seno, un corpiño cubre su nariz y la gripe chancha se detiene ante el desconcierto.
Rolando hace que el r-12 se agazape, la mujer sube y susurra una dirección. Banda Norte es la meta. Un objetivo plagado de calles embudos y puentes a punto de terminarse. Es un buen monto, ocho australes cantaría un cajero con los bigotes de Alfonsín.
Rolando es preciso, da dos pesos de vuelto y regresa al centro, allí con este frío es posible que las presas sucumban ante su inefable calefacción. Enciende la radio, se mete en el noticiero. Dos periodistas anuncian que Gamsur es basura acumulada, es olor a podredumbre, es pantano y es barro nauseabundo.
Un camión interrumpe el recorrido. En el camión alguien sabio escribió “somos nosotros”, es un sobrevaluado móvil de Gamsur. El aire se enrarece, el locutor periodista insiste en que Gamsur es un misterio de gente agachada, de saltos al vacío, de directivos voraces. Gamsur somos nosotros dice la frase escrita. Es rotunda, convincente y nos hace creer en un sentido de pertenencia innegable. ¡¡Vamos Río Cuarto, p.m. para arriba!!
Yo no soy Gamsur piensa Rolando, se resiste a creerlo. El no tiene un campo en el norte de Córdoba, no posee olivares y cuando compra la pizza se queja de las pocas aceitunas de esta moda gourmet. Tiene ganas de hablar por la radio para pedir explicaciones. Quiere saber quienes son los dueños de Gamsur. (Taría bueno verlos en gigantografías tratando de explicar por que trece veces trece intentaron pasar el mismo gasto) Ciudadanos ilustres, respetados, fotografiados en las revistas del éxito made en río Cuarto, por el sur también es fashion. Desestima la idea cuando recuerda el precio de las llamadas por celular. Se acuerda de la boleta de Gas y de las empresas privatizadas. Tan eficientes, tan descontroladas, tan caras. Yo no soy Gamsur aunque anuncien que somos nosotros.
Ahora detiene la marcha, un cafecito de media tarde en lo de Roque, un par de comentarios y tres horas más evitando las fauces de la selva. Es lo que se viene, es lo que falta para volver a casa. Emma lo espera con su panza de seis meses y la inocencia campestre.
Esta noche no cocines, pidamos una pizza. Dale dice Emma, Rolando mira Telediario sin ver. Se la pedimos a Roque o a otro lado. No se dice Rolando. El hombre mira a su mujer desde su silla, en la otra descansan sus pies cruzados. Probemos la de Gamsur, seguro que tienen muchas aceitunas.
Emma, se va a dar vuelta y va a volver a preguntar. Emma es tan parecida a nosotros, que no somos…



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//06 de Julio, 2009

RIO CUARTO… A UN AÑO DE DESGESTION?

por carlosfernandez a las 20:05, en Actualidad Local

La formalidad periodística de los análisis políticos impone la temporalidad, y en esto un año de gestión es, sin dudas, un icono para intentar perfilar cuales son los caminos elegidos que pondrán el sello distintivo a un gobierno. La verdad que en el caso de Río Cuarto desentrañar estas acciones para intentar conocer los rumbos de este gobierno es muy difícil por lo errático de las decisiones o mejor dicho por las indecisiones a que nos tiene acostumbrado este intendente al que le cuesta identificarse ideológicamente quedando siempre la sensación de que resuelve más por presiones que por convicciones, las idas y venidas en temas que acapararon la opinión pública en todo este año así lo demuestran. Cuando al inicio de la gestión se decidió un aumento a los funcionarios políticos el Concejo Deliberante tubo que soportar el peso de las tribulaciones del intendente ,esa quizás, fue la primera perla de un largo collar de titubeos, la ultima que conocemos es la de los matrimonios gay con un veto del ejecutivo cuyos fundamentos harían sonrojar a la propia Inquisición, pero hay otras que son imperdibles como por ejemplo; en medio del remanido recurso de cargar contra las gestiones anteriores por la situación financiera, decidir la creación de nuevas Secretarias y Subsecretarias, reconocer mayores costos a la empresa de recolección de residuos, aumento de los recursos humanos, incremento de sueldos no programados, aumentos de viáticos etc., etc. ,todos ellos con un impacto letal para las rentas municipales y con el agravante de que algunas de estas decisiones se sustentan en practicas políticas conservadoras y populistas. Cuando se ha tenido que ubicar ideológicamente las decisiones han sido también muy erráticas y han respondido a un criterio geográfico haciendo Kirchnerismo en Bs. As Radicalismo Conservador en Córdoba Capital y abrevando en el Frente Cívico y Social en Río Cuarto. En materia de promesas de campaña, el boleto estudiantil, el nuevo código de planeamiento, la doble escolaridad y la integración del vecinalismo todavía esperan, mientras el intendente declara que en las elecciones del 28 se plebiscita su gestión, eso si, no hace campaña porque tiene que gobernar y aclara que como su gobierno es del Frente Cívico los votos de Juez y de Mestre los cuenta como propios (sic). Muchos riocuartenses tienen la sensación de que el cargo le ha quedado grande.
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//24 de Abril, 2009

ÑOQUIS

por rubenlucero a las 15:29, en Actualidad Local

A Osvaldo acaban de nombrarlo en la Municipalidad de Río Cuarto, es uno más de los contratados. Ha ingresado porque el tío es concejal y porque estuvo desde la primera hora haciendo campaña. Pegó afiches, hizo pintadas y fue a todos los actos en que debió estar. En el garaje de su casa aún hay afiches de propaganda. Ahora los usa cuando hay asado, sirven para iniciar el fuego. A veces el recuerdo lo atrapa, mira con cierto desden lo que dicen los afiches. Entre la nostalgia, los breves sueños y la realidad, hay tanta distancia que se decepciona y tiende a deprimirse. Menos mal que se queman rápido se dice y observa taciturno las llamas de la hoguera.

Osvaldo ha ingresado para hacer nada. Por un par de semanas tuvo la inquietud de saber cual era su función para cambiar el rumbo. Nadie le explicó que debe hacer, su expectativa se fue diluyendo. En la oficina hay demasiada gente. Faltan sillas para tanto culo sin destino. Hay dos computadoras. Hay Internet y hay un teléfono. Ahora cortaron el café, apenas mates. Y nunca, como en todos lados, habrá una birome a mano. Los que estamos en la oficina hablamos seis horas todos los días. De las apretadas de Gamsur, de la cena de los muchachos de la otra sección, de los compañeros borrachos y de Micaela, la secretaria más bella del municipio. Y por supuesto, también se hablará del director que organizó una fiesta en la quinta de Banda Norte. Todos terminaron en la pileta. No, Micaela no fue. Parece que el novio no la dejó.

Lo de Internet es bueno, contar con ese medio de comunicación hace que ser holgazán sea más placentero. Además, aunque la disputa por las computadoras es feroz, uno puede chatear con los amigos que ingresaron al hospital. Están igual que nosotros.

El padre de Roberto tiene razón. Nos estamos pareciendo a las provincias pobres. El empleo en el estado disfraza a un subsidio. Y la política mal entendida hace que el estado, los entes públicos se transformen en puertos donde se amarran parientes, hijos y entenados. Y no hay presupuesto que aguante.

 La gente no tiene donde sentarse. Hablo de los empleados, la otra gente no importa. Que esperen parados, lo único que hacen es quejarse. No quieren pagar impuestos, que se jodan.¡Que esperen parados!...Y si, algunos de los que nos miran desde el otro lado del mostrador tal vez sean ciudadanos auto convocados. Anda a atenderlos vos, despáchalos rápidos…Estos tipos se ponen molestos enseguida…

 

Osvaldo va para el año en la oficina. A cada rato se plantea que está ocurriendo con su vida. Siempre quiso trabajar, buscar un medio para progresar, sentirse útil a la ciudadanía, pensó que desde el estado podría encausar su potencial solidario. Osvaldo esta dolido, ser ñoqui lo degrada y lo perturba. No entiende la grisitud de ese ejército de parados, de vidas intrascendentes y vocaciones frustradas.

Osvaldo se sonríe cuando la Tía Porota lo felicita.¡¡ Mi sobrino se acomodó en la municipalidad!!, cuídalo, aconseja la tía, del estado nunca te despiden…

 

Osvaldo está mustio, marchito, deslucido. Su vida laboral es una sucesión de vacíos intolerables. No admite tanta vagancia acumulada. Tanto tiempo sin hacer. Tanto espacio por llenar con nada. Ese es su trabajo, estar seis horas mirando pasar la vida. A cambio, cada fin de mes, el estado le retribuye sin atrasos un monto que solo alcanza para sobrevivir la vida.

Esta desconcertado, decepcionado. Tiene ganas de salir a pelearla afuera. Sumarse al regimiento de audaces que intentan superar los obstáculos sin la comodidad del sueldito ni las mañas de cumplir horarios.

 

Una mañana llega a la oficina y presenta la renuncia. Indeclinable. A su jefe le argumenta que ese trabajo es insalubre. Sus compañeros lo miran asombrados. No lo entienden. La tía Porota, tampoco…

 

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//15 de Marzo, 2009

LA IMPROVISACION COMO ESTILO DE GESTION

por invitado a las 00:24, en Actualidad Local

Escribe Eduardo Massa


Después de la corrupción política, la improvisación en el manejo de la cosa pública, quizás sea la principal causa de la pérdida de confianza ciudadana en los gobiernos. Supe leer alguna vez que es un mal difícil de resolver porque concierne al estilo, al carácter de ciertos gobernantes.

Es que una irreflexiva toma de decisiones, además de ser fuente de inseguridad y conflictos, torna impredecible la administración, resquebraja las políticas públicas y desalienta toda iniciativa. Especialmente, si se toma en la intimidad de un reducido grupo, en forma inconsulta y se erige en una constante de la gestión.

Si nuestro intendente, al asumir hubiera sincerado crudamente su visión sobre la deuda municipal, aún en el error, tal vez hubiera recibido el reconocimiento de la ciudadanía. Dado que él la convalidó, acompañó y aprovechó electoralmente, seguramente algún vecino hubiera sido crítico, pero reconocido al fin. Hoy, cuando no puede con ella, su tardía queja trasunta un perceptible tufillo a improvisación.

Para colmo de males, la propia información oficial publicada en la página web municipal por el mismo equipo económico que cerrara la administración anterior y lo acompañara durante su primer semestre de mandato, lo desmiente. Basta comparar los déficit de caja reflejados en los cuadros de “Análisis de Ejecución y Situación al Cierre” del 30 de junio de 2008 ($ 5.478.785) –cuando asumió la administración-, y del 31 de diciembre del mismo año ($ 8.697.309).

También constituye improvisación, aumentar en 80 millones de pesos los egresos presupuestados para el corriente año, para luego forzar una reducción de gastos por 60 millones.

Del mismo modo lo fue, imponer un ajuste de las tasas por servicios municipales porque era imprescindible para el soporte económico de la gestión y, semanas después, dejarlo parcialmente sin efecto.

Se ofrece como improvisado, suspender la obra pública en ejecución, cuya continuidad garantizaba durante la campaña, para reanudarla con recursos propios, en plena crisis fiscal.

Resulta incongruente, además de improvisado, contratar nuevas locaciones de servicios personales para la administración municipal, habiendo paradójicamente denunciado como descomunal la incidencia del gasto salarial en el presupuesto.

Quizás la Improvisación que más impactó en el consenso ciudadano, fue haber incrementado silenciosamente las remuneraciones de los funcionarios políticos y luego reducirlas en un 30%. Esto, sin considerar las marchas y contramarchas sobre el tiempo de dedicación funcional.

O peor aún, crear especialmente jerarquías funcionales nuevas para contratar a ex funcionarios, luego de haberlos apartado de la función.

Todavía recordamos la improvisación más insolente, modificar la publicitada reforma política sancionada a fines de 2007, para “habilitar” la designación de algunos funcionarios políticos integrantes del primer gabinete.

Evidentemente, si la improvisación gobierna, estamos en problemas.

Cuando cada trámite del gobierno local conlleva tantos cabildeos, cuando cada paso importa desandar lo andado, cuando cada decisión política significa desechar o contrariar la anterior, cuando el discurso necesita afianzar su mensaje difamando al antecesor, estamos en problemas.

Cuando la gestión transita caminos opuestos para resolver la crisis, cuando la conclusión contradice la premisa, y la praxis demuele la hipótesis, estamos en problemas.

Si tan solo reflejara las decisiones institucionales dentro del gabinete, mostrara verdadera vocación de diálogo con todos los sectores, e impulsara imaginativamente la real participación ciudadana, oxigenaría la gestión. Si además, desmontaran el modelo sectario y excluyente para dar paso a la integración y la transparencia, informando nombre y responsabilidades de los funcionarios políticos, aventarían suspicacias.

Pero el problema se vuelve patente cuando no se exterioriza la convicción indispensable para desarrollar un simple plan de acción de gobierno. Es más aún, si quien gobierna no puede imaginar medidas concretas tendientes a superar la situación actual -heredada o no-, sin sujetarlas a críticas altisonantes ni trasladar culpas a terceros, jamás resolverá el problema.

Entonces, sin dudas, estamos en problemas!

Pero, en verdad,  el problema no es que mienta, el problema es que le creímos.

 

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//05 de Febrero, 2009

EL BOXEADOR

por rubenlucero a las 01:52, en Actualidad Local

El pibe es un boxeador acosado. Se lo ve débil, desarmado. El protector, no solo el bucal, ha desaparecido y sus brazos cuelgan para hacer más vulnerable su defensa. El rincón, donde debería estar quién más sabe, obviamente su antecesor, sigue desierto. Alguien tomó la decisión de borrar el pasado, de negarlo y de emprender un combate parecido al suicidio.

Los más grandes, los que le hicieron ganar este lugar que ahora sufre, deberían sumarse para decidir que hacer con el próximo round. Aún sin que los llamen.

El pibe sigue sólo. Los amigos del rugby no alcanzan y el resto de los chicos carecen de la experiencia imprescindible para lidiar con fantasmas vigorosos.

En la intimidad, en su casa de Banda Norte, nuestro boxeador piensa en los cambios que debe efectuar para continuar.

Van a llegar más golpes, el hígado le duele cuando reaparece algún camión de Gamsur, los moretones no consiguen ocultarse y el dolor de la impotencia por momentos lo muestra desalineado. Eso dicen las fotos. El pibe ha perdido la frescura y las noches de insomnio dejan huellas.

Los consejos, las palabras, los números que le han acercado y que pretende defender son confusos, lo cuenta en silencio, pero en voz alta tiene el deber de explicar lo inexplicable. Los errores de cálculo en el impuesto municipal lo han desgastado. Son gruesas las faltas y los culpables siguen sin admitir el equívoco.

Los funcionarios, los imprudentes, suelen decir en voz alta que el pibe no los molesta y lo curioso es que cuando pifian en sus actos, siempre liga el pibe. Las gotas, aún pequeñas, con el transcurso del tiempo, pueden ser una catarata que te lleva al precipicio. Por eso se le demanda que haga cambios. Hay mucha roña y viejas alianzas que lo están autodestruyendo. Lo sabe y sin embargo, las decisiones se diluyen tanto como el poder.

Tal vez no comprenda que ejercer el poder es causar el malhumor de algunos y el enojo de muchos. De esa forma se construye. Y la tropa, la propia, se junta detrás de un objetivo.

El poder no es una frase bonita que esboza un asesor publicitario. El poder es enojarse  y expulsar a los imberbes. La historia cuenta eso y de la historia hay que aprender.

Se escucha, se vuelve a escuchar el síndrome De La Rua. El pibe no se lo merece. Tiene espacio. En el living de su casa sabe que los tiempos se acortan y que la luz se torna difusa. En ese clima, con tantos actores, deberá elegir quien se queda a su lado y desde el rincón lo asesora sobre los nuevos golpes que darán los contrincantes.

Y sobre todo quien asume que hay que poner el pecho para desarticular una nueva embestida.

La reflexión lo hará pensar. Acaba de llegar el Emos, curiosa Río Cuarto, donde el agua quema y viene a elevar el caudal de llamas.

Me dicen que fue un error PARAR la obra publica. Coincido aún desde el llano. Nunca se debe parar. Los que hoy quieren cobrar han ganado fortunas y pueden esperar. El estado es garantía de pago siempre. Y las deudas deben manejarse con el equilibrio que muestra cualquier ama de casa cuando las monedas no alcanzan. Por eso unas líneas adelante hablaba de enojos. Gobernar es tomar medidas que afectan intereses de los más poderosos. El pibe debería comprender que el más poderoso es el que otorga el mandato y que cuando está entre las sogas no debe fijarse únicamente en los del ring side, en la tribuna esta la popular. Es hora de que levante la vista, mire un poco más allá, y comience a boxear. Aunque se enojen algunos. Y también deben gritarle desde el rincón, que retroceder, dar una paso para atrás, no es debilidad, es tomar distancia para no volver a errar el puñetazo. Porque, el lo sabe, el revaluo, el valor del agua, son trompadas que la gente juzga como una torpeza inadmisible.

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//30 de Noviembre, 2008

“LADRAN SANCHO.......”

por adriangutierrez a las 02:32, en Actualidad Local

Con casi cinco meses de intendente, Juan Jure ya ranquea cómodo la lista de jefes comunales con escándalos inmediatos. Los conflictos son de público conocimiento y la sociedad sigue sorprendida el día a día, al ver que cuando todavía no se apagó un conflicto ya asoma otro aparentemente peor. Muchos se preguntan si este jovencito no maneja los tiempos políticos o si pretende darle pelea a los molinos de viento. Veamos.

Jure lanzó su cruzada contra grandes grupos económicos y eso, obviamente, tiene un costo. El tema es cuánto, cuándo y cómo. El intendente lo sabe. En su círculo íntimo aseguran que pretende darle con su accionar, correlato a lo que planteó en la campaña electoral. Afirman así que “no es un político más, de los que prometen una cosa y hace otra. El Turco se la juega porque siempre va al frente”, sentencian.

Cuando uno ve contra quienes es la pulseada, el enunciado de sus allegados tiene sustento. El grupo que maneja los tragamonedas en la provincia, los empresarios de la Mixta Vial y, entre otros, los que manejan el 90% de Gamsur no son nada comparado a reclamos del cotidiano que puede tener un intendente. Vaya a modo de ejemplo las dos camionadas con basura que bajaron los muchachos frente a la Municipalidad. El impacto visual dista notoriamente de vecinos que exigen mejoras por el mal estado de las calles de tierra.

El intendente conocía el riesgo. Su antecesor Rins también, por eso nunca se enfrentó con los chicos de Surbac ni con Los Constructores. Sin embargo Jure redobló la apuesta y, antes de la movilización, ya había multado a la empresa de limpieza por no cumplir con todos los compromisos del contrato. La cifra: casi dos millones de pesos. Prácticamente el canon mensual por el que se pelea estos días.

Era sabido. Las multas traerían vendetta de los empresarios. Se buscó un argumento inverosímil, justificándolo en la recolección de residuos que el intendente realizó con camionetas externas, intentando hacer creer que peligraba la fuente laboral de casi 170 personas. Se los usó como chivos expiatorios. Actitud similar tuvieron otros, también empresarios, cuando utilizaron a los muchachos afiliados a la UOCRA, prestándoles las camionetas de las constructoras para que se movilizaran reclamándole al intendente la continuidad de las obras en la ciudad.

Causa escozor pensar que quienes algunas veces fomentan el trabajo en negro y, además, no proveen condiciones de seguridad, denunciadas por los propios sindicatos, de pronto se preocupan por la fuente laboral de los muchachos. No suena creíble.

En el caso de la firma CET, la deducción es similar. La movilización de trabajadores en el Concejo Deliberante que después se extendió por las calles de la ciudad, deja entrever algo confuso que no se explica como una simple manifestación de gente preocupada por su espacio laboral. También cuesta creer que quienes se llevan más de un millón de pesos por mes, sin importarles consecuencias sociales de la ludopatía (familias destruidas, empleados despedidos de sus trabajos, intentos de suicidio, por nombrar sólo algunas), de pronto sí se preocupan por las familias que van “a quedar en la calle” si se cerraban los tragamonedas. Está de más decir que la propuesta de Jure no implicaba eso, todo lo contrario. La idea era que ni los trabajadores ni los apostadores viesen esfumarse sus sueños y los de quienes los rodean. Pero aquí también se quiso mostrar ante la opinión pública (al igual que con Gamsur y Los Constructores) que el intendente es un ser necio, egoísta, inexperto y frívolo. A esto Jure también lo sabe.

Lo que debemos saber los riocuartenses es que quienes han utilizado a los verdaderos hacedores del mercado del trabajo, incitándolos a manifestarse públicamente contra la política comunal, son los mismos que durante años no han invertido un centavo en la ciudad y que, fieles a la gestión empresaria, lo único que les interesa es llenarse sus bolsillos de la manera más cuantiosa con el mínimo riesgo. Es aquí donde el intendente quiere ponerle el cascabel al gato.

El desafío es mayúsculo. Para darle sustento a su credo, Jure incrementó el 1000% (leyó bien: el 1000%) el presupuesto social en educación. La doble escolaridad para nuestros niños y una fuerte articulación entre diversas instituciones para devolver a las aulas a 5000 chicos que hoy están en la calle, aparecen como el contrapunto a intereses espúreos que sólo reclaman el pago de 12 millones de pesos para continuar la obra pública o casi tres millones por mes para recolectar los residuos urbanos.

El pago debe hacerse, eso no se pone en duda. Lo que muchas veces no cierra es el monto que solicitan. Jure lo sabe. Los perros también. Por eso ladran…

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//13 de Octubre, 2008

Los primeros 100 de Juan

por rubenlucero a las 00:03, en Actualidad Local

LA ESPERA                         

 Han pasado tres meses y Juan todavía espera. Dicen los gnomos del poder, que en silencio, en soledad, el niño político planifica asumir en serio.

En el sillón de su casa de la Banda Norte, el que está pegado a la ventana  donde perfora el sol de la siesta,  Juan analiza los próximos pasos. Relee las declaraciones de Sánchez y se acomoda el pelo una y otra vez. Sus manos intentan además acomodar las ideas.

El teléfono de su hombre de prensa no deja de sonar y soñar. Lo interrumpe, aunque Juan tolera cada informe y se alimenta de ellos. Le preocupa lo que dicen y escriben sobre su gestión.

Mira a Messi  y a Riquelme e inmediatamente extraña a los Pumas. Respira el recuerdo del himno de mi corazón que cantaba Pichot en Francia. La guinda se entremete en las manos de Carrizo que despeja el peligro de un puñetazo. Juan se agazapa y se mezcla entre los que lo defienden.

El pibe esta rodeado, siempre hay gente a su alrededor. Siempre está solo. No hay fusibles que  protejan su inocencia desmesurada. Nadie le ha avisado que el poder necesita ejercerse con un grito de guerra que vocifera: “aquí estoy, vengo a cambiar las cosas”.

Juan sabe; lo votaron para eso. Le preocupa que a solo cien días ya se evalué su gobierno tan breve como complicado. Ve encuestas tan duras y precipitadas y sufre sin que sus ayudantes entiendan lo que ocurre.

Los fusibles son los pares que deben dar la vida para protegerlo. Juan siente que no los tiene. Alguien debería contarle que va a sufrir una manifestación en su casa, en el living, que tiraran basura en camiones que huelen mal. O que los muchachos de la construcción cascotearan el frente y se llevaran al arquitecto que tiene apellido coherente con su profesión. Partirá Losa(da) y los cimientos sentirán que no todos hacen la mezcla como se debe.

Hay un maquiavelo que lo desvela, es el mismo que intenta dejar en ridículo a los colegas que levantan la mano cuando se da un aumento y declaran que están en desacuerdo si Martella los entrevista. Los concejales no los convencen y no ve a la tropa alineada.

Un hombre de los que piensan me dice: “Juan es un buen tipo y de a poco va a entender que esto no es una aventura, que no se trata de ser el Ciudadano Destacado del Año, que ya paso la elaboración del marketing y que es tiempo de concretar lo que tantas veces charló con los pibes de la franja “.

Otro de los que piensan más interrumpe:”el pibe debe entender rápido, los buitres sobrevuelan. Tiene que rodearse de gente ejecutiva, de tipos que hacen, eso quiere la gente”.

Me quedo callado. No se si el pibe sabrá que es la esperanza de los que creen en la nueva política.Un teléfono lo llama desde Córdoba. Una voz le cuenta un chiste y pide definiciones. Otra llamada proviene de Buenos Aires, el tono propone ayuda a cambio de subordinación y valor.Un vecino golpea a su puerta, está tan a mano la casa de éste intendente. Tendrá que inventar el subsidio que calme la desesperación, el hombre se retirará aliviado. Caen las primeras gotas de una tormenta anunciada. El pibe busca la guinda que descansa sobre el mueble y descarga un drop que intentará ser ganador.Todos lo están mirando. Todos quieren una ciudad mejor. Todos sienten la urgencia y solo han pasado cien días.

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//09 de Octubre, 2008

Nueva generacion....viejas mañas

por rubenlucero a las 14:52, en Actualidad Local

 UN PANCHO, UN CAFÉ…

 

Ramiro encendió el motor, después la radio y Nicolás Florio  le contó que los muchachos se habían aumentado hasta un 150 % sus haberes. Ramiro saboreó el último mate. Griselda tiene esa costumbre de barrio. Le da el mate,  el beso de despedida y le pide que se cuide. Andar en remisse en esta ciudad sitiada no es tarea fácil. Aceleró con furia y partió en búsqueda del primer pasajero del día. La lluvia tenue facilitó la captura inmediata. Salió un viaje al centro. A la plaza, a la plaza más cara del mundo se dijo. Hace tres meses, solo tres meses tuvo la misma sensación. Florio, aquella mañana, recitó el costo de un banco, de un basurero y de una garita. Las tripas se encendieron en una revolución caliente que trasvasó sus límites y esa mañana puteo por lo bajo. Cuando el pasajero bajó en la Cara Plaza, otra vez en soledad, levantó la música de Arvillaga y maldijo a los muchachos en voz alta. Esa increíble sensación de desamparo, de angustia, de dolor y de desesperanza guío su andar en el laberinto vehicular que ni el Coronel Méndez puede poner en orden.

Como le ocurre casi a diario, un agente de Tránsito intento detenerlo. Ramiro es un típico remisero trucho y a lo largo de estos meses ha aprendido a sortear a los cazadores con la velocidad de una gacela o con la fiereza de un tigre si hace falta. Una tarde hasta lo llevaron a la UR9, allí hizo el descargo y lo dejaron libre. Una multa dolorosa le permitió retirar el R-12. Volvió más precavido pero con el espíritu intacto. Siente que no hay alternativas y huye para adelante. Griselda está embarazada y los tiempos son perentorios.

Al mediodía se detuvo por un pancho, un café y la imperiosa necesidad de vociferar la rabia contenida. Oscar, dueño del recreo, es sabio en sus silencios. Ha entendido que debe ser una esponja, una máquina de digerir derrotas propias y ajenas. Escucha a los clientes cotidianos hasta hacerles entender que muy pronto “nos va a mejorar la vida”.

Esa esperanza, es el plus por el cual el café y el pancho, se parecen a una isla en medio del miserable comportamiento “de estos tipos a los que hace tres meses nomás, los voté”.

En unos días Ramiro volverá a ser citado por los concejales, por las distintas secretarías para intentar regularizar su situación. Mendigará ante la ley para pretender cumplirla. Alguna bella secretaria (cuantas han ingresado esta vez?) lo atenderá sin atenderlo y el derrotero será extremadamente extenso.

 Hay otros Ramiros, tal vez más de lo que suponen, que un día encontrarán que ya no se conforman con el pancho y el café y los buenos augurios de Oscar.  Son los miles de tipos que ha diario bregan por una vida mejor, más digna y que aún ni en sueños imaginan que un día verán incrementados sus ingresos en un 150 %.

Los funcionarios deberían saber que estos miles, una mañana de estas, cuando Florio los despierte con otro atropello, evitaran el pancho y el café y juntos viajaran hasta los despachos plagados de niñas bonitas, para pedir explicaciones.

Seria imprescindible entonces, que el concejal profesor que explicó por televisión que “esto no es un aumento de sueldo” baje al llano y descubra que  los Ramiros están a punto de enojarse ante tanta mentira acumulada.   

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//28 de Febrero, 2009

EL PROBLEMA ES POLITICO, NO ECONOMICO

por invitado a las 19:09, en Actualidad Local

Escribe Eduardo Massa

En la administración pública el problema de gestión es político, nunca económico. Recién luego de tomada una decisión política, vienen las consecuencias que rozan o impactan decisivamente en la economía desnivelando las cuentas.

Es obvio que compete a quien adopta esa decisión política conocer –o al menos informarse- previamente sobre las consecuencias de tales medidas en el contexto económico en el que lo hace. Es su responsabilidad exclusiva y excluyente, puesto que las variaciones en dicho contexto pueden tornar gravosos los efectos de las medidas impulsadas.                                                   

Si decide gastar más de lo que ingresa, el problema no es económico sino de lógica y racionalidad política. Cuando la gestión actual proyectó realizar erogaciones superiores a los ingresos calculados, sabía que necesariamente debía imponer mecanismos recaudatorios para evitar el quebranto.

Si acaso los compromisos financieros de la gestión anterior constituyeran la única causa de ruina, también tocaba al intendente actual balancear su incidencia presupuestaria para no trasladar el aprieto a los vecinos. Ello exigía toda una definición política y no económica. Si nunca antes había sopesado las secuelas de la deuda, ni cuando la convalidara en el Concejo Deliberante que presidía, ni cuando se postuló, ahora resultaba impostergablemente forzoso.

Ahora bien, cualquiera sea la causa, las salidas del problema permiten distinguir básicamente dos alternativas divergentes: 1) ajustar los egresos para que no excedan el total de los ingresos estimados o, 2) aumentar el presupuesto con el consecuente incremento de las contribuciones a cargo de la ciudadanía. Ambas hipótesis importan una legítima y genuina decisión política que acarrea consecuencias económicas. Nuevamente queda evidenciado que el problema es político y no económico.

Me adelanto a precisar que aquellas alternativas no son absolutas. Quizás la más indicada hubiese sido “poner en caja” los egresos, tal como en el primer supuesto, mientras se diseñaba e impulsaba una modificación sensata y equilibrada de las tasas que devengue ingresos adicionales durante el año, los cuales permitirían afrontar los mayores costos de la administración, reanudar la obra pública suspendida o planificar iniciativas nuevas, relanzar planes de contención, programas de inclusión social o emprendimientos comunitarios, etc...

Por el contrario, si el incremento presupuestario era indispensable para la continuidad de su gestión, aplicando la segunda opción, podía reflejarlo con un prudente y mesurado aumento de la carga tributaria, pero escalonada a lo largo de todo el periodo para que la economía hogareña de los riocuartenses no sea sobresaltada por la crisis fiscal.

Desde luego, siempre la corrección de tasas debía priorizar una justa y equitativa distribución de la carga tributaria frente a la necesidad de una mayor recaudación.

La sola lectura del presupuesto municipal elevado al Concejo Deliberante permite colegir cuál fue la elección de nuestro intendente. Con total desprecio por las dificultades que acechaban sobre nuestra economía, proyectó erogaciones para el año 2009 por un total de pesos 242.347.400, esto es más de un 53% por sobre los 157.945.000 previstos para 2008.

Además dispuso sin contemplaciones, mediante un brusco “revalúo” improvisado a tal fin, trasladar a nuestros hogares la obligación de solventarlo para evitar que el déficit del erario paralizara su gestión.

En suma, su decisión política de incrementar el presupuesto devino en la necesidad de imponer un forzado aumento de la recaudación mediante el conocido “revalúo” de los inmuebles. Para colmo de males, decidieron ajustar las tasas municipales previa potenciación solo del valor del terreno de cada inmueble, lo cual apareja una grave inequidad para la población de menor capacidad contributiva.

De lo expuesto surge claro que los impuestos –y las tasas- pueden ser justos o injustos, antes que caros o baratos. Y en este caso, quedaron muy lejos de aquellos principios constitucionales de equidad y proporcionalidad de las contribuciones para el sostenimiento del Estado.

De todos modos, contraviniendo sus propios eslóganes de campaña, nuestra administración municipal ya había dado muestras de cuáles eran sus prioridades.  Sino recordemos: suspendió la ejecución de la obra pública en marcha, incrementó los ingresos personales de los funcionarios políticos, agrandó la planta de contratados por locación de servicios y personal de gabinete, aumentó la tasa del servicio de agua, pospuso la implementación de planes de inclusión social,…

Hoy, frente a las repercusiones de tamaño despropósito, da marcha atrás -otra vez– y remueve funcionarios intentando trasladar los costos políticos a otros.

Si la problemática generada por decisiones políticas erradas no puede ocultarse tras argumentos económicos, mal puede transferirse la responsabilidad política de quien las toma. Ello, sin perjuicio del reproche que le corresponde al que deserta de su rol y compromiso político, aplicando irreflexivamente aquellas decisiones.

 

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