
Escribe Norma Ferreyra
Vargas Llosa, maneja excelentemente el idioma y demuestra eficiencia literaria plena, tanto en la escritura como en la dicción. "Y es por eso, que fue el elegido para promocionar las ideas del liberalismo económico salvaje, alrededor el mundo pero sin éxito en su propia tierra y en América del Sur".
Durante la Colonia Española había un personaje al que llamaban cabildero. Y esto se relacionaba, por supuesto, con el Cabildo, una institución que daba existencia y sentido a la ciudad, ya que lo primero que se hacía al fundarla era organizar el Cabildo, con lo cual se legitimaba. Es así como fueron configurándose las naciones americanas.
Alrededor de él, comenzaron a deambular los buscadores de influencia y aquellos que vendían intrigas y mentiras, para conseguir un cargo o tener influencias en una corporación pública o privada. Como hoy podrían ser, por ejemplo, la obtención de un cargo o de un premio, que como bien sabemos, suelen manejarse políticamente, más allá de que se merezcan o no.
Como escritora que soy, conozco lo difícil que es moverse en el terreno hacia la fama y lo costoso que resulta cuando no se dispone de dinero o influencias. Y es por eso que. por lo general, no suelo participar de ningún concurso internacional, salvo el de La Casa de las Américas, y los de países latinoamericanos, que merecen mi fé.
Precisamente, el premio Nobel de la Paz, otorgado al presidente actual de EEUU, es un ejemplo del manejo impropio que suele hacerse de ciertas distinciones. Motivo por el cual, yo jamás juzgo a la obra de un escritor por los premios recibidos, aunque en este caso, considero que Vargas Llosa, maneja excelentemente el idioma y demuestra eficiencia literaria plena, tanto en la escritura como en la dicción. Y es por eso, que fue el elegido para promocionar las ideas del liberalismo económico salvaje, alrededor el mundo pero sin éxito en su propia tierra y en América del Sur.
Pero volviendo al tema del cabildeo de Vargas Llosas, debo reconocer que en eso sí tiene éxito y logra ventajas a causa de su dualidad como escritor y como orador en los escenarios políticos, en donde resulta ser una marioneta movido por los hilos del liberalismo, que lo han convertido en un provocador. Y así, el rédito le llega sólo, porque se promociona tanto por las vías del amor como del odio, usando a la literatura como escudo para vender un liberalismo que está muy lejos de la palabra libertad, que él usa frecuentemente cuando se refiere a EEUU, Ilustres ciudadanos de ese país, como Noam Chomsky en su libro “Conocimiento y libertad” o Michel Moore en “Estúpidos hombres blancos” entre otros, se han encargado de mostrarnos la otra cara de la moneda.
Para terminar, voy a señalar que aún siendo un gran escritor u orador, ambas cosas no alcanzan para debatir en política, si el pensamiento que mueve la lapicera o la lengua pertenece a un cabildero, por más ilustre que se lo quiera presentar.