Normal 0 21 false false false MicrosoftInternetExplorer4 Normal 0 21 false false false MicrosoftInternetExplorer4 Escribe Jorge Rachid
El capital financiero y el trabajo del hombreconstituyen los pilares en los cuales se asienta la producción de bienes o deservicios, debiendo cada sector aportar en función de esa relación necesaria ycontractual.
Si bien Marx y Shumpeter entre otros pensadores delsiglo XlX se ocuparon del capitalismo, su evolución y sus probables derroterosen función de la acumulación de capital y sus consecuencias a futuro, nuncaevaluaron en sentido inverso el devalúo del capitalismo que se produce en elcapital del trabajador a lo largo de su vida laboral.
La salud del trabajador, representado por suintegridad psico física al momento de la iniciación de su vida laboral, es elúnico capital que puede aportar en la mesa de negociaciones, es su posibilidadsalarial y del desarrollo de sus posibilidades de ascenso y capacitación, esdecir, de su desarrollo y evolución plenaen su proyecto de vida que se elabora, en todos los casos, desde elpunto de vista laboral.
Como bien define la OMS, la salud es el pleno equilibrio físico,psíquico y social del individuo. Veamos ahora si esas condiciones estánpreservadas en el ámbito laboral y en el ejercicio del contrato de trabajo, dondeexiste una relación asimétrica de ejercicio de autoridad por parte delcapitalista financiero, que puede o no preservar la salud del trabajador, deacuerdo a sus niveles de inversión en higiene y seguridad en el trabajo,garantías de trabajo “registrados” con beneficios sociales, cumplimiento de losregímenes de descanso y vacaciones, eliminación del trabajo a destajo, premiospor productividad que llevan a desconocer las medidas simples desde ergonómicasa las de seguridad mínimas en función del cumplimiento de pautas productivas,premios por presentismo que llevan al trabajador a concurrir aún en condicionesprecarias de salud para no perder una parte significativa del salario, entreotras situaciones que derivan en disminución del capital de trabajo deltrabajador: su salud.
En nuestro país, donde un referente de la saludmundial como el Dr. Ramón Carrillo ya en los años 50 había planteado un esquemabásico de medicina laboral destinado a proteger la salud de los trabajadores,los años de neoliberalismo desde 1976 a la fecha, sin interrupción, fueron de avasallamientode la conceptualización de la salud de los trabajadores, de su protección y dela reparación del daño ante la siniestralidad laboral de los accidentes deltrabajo y la enfermedades laborales, dejando en manos de empresas aseguradoras yde su lógica de ganancias, el cuidado de la salud de los trabajadores, llevandoa los mismos a la categoría de kelpers en su propio país al tener situacionesdiferenciales al resto de los argentinos tanto en la reparación económica comoen el tratamiento de las secuelas médicas del siniestro.
Siempre el cuadro de situación planteado por la ley Nº24557 de riesgos del trabajo, conduce a los itinerarios de la salud físicadesconociendo los efectos sicológicos y sociales del infortunio. En ese sentidolos Baremos elaborados en función de la ley y sus decretos reglamentariosatribuye a los accidentes de trabajo sólo secuelas físicas sin valorar siquieralas secuelas funcionales del daño. Así tenemos, por ejemplo, que una amputacióndel dedo de una mano, se valora sólo en su incapacidad producida por laamputación sin valorar el órgano en su conjunto que es la mano y sufuncionalidad posterior a la amputación de cualquier dedo. Tampoco se toma encuenta la sicología del amputado quien ve cercenado un importante caudal de sucapacidad de trabajo y de vida, quien seguramente necesita asistenciasicológica para asumir su discapacidad, tratada en el ambiente médico-laboralcon una ligereza y superficialidad llamativa, lindante al desprecio por elprójimo.
Sería función de la SRT definir estas cuestiones, como asimismoevitar las nuevas teorías fisiopatológicas enarboladas por las ART respecto alos mecanismos de producción de patologías columnarias y herniarias en general,en especial en trabajadores que levantan pesos superiores a los 50 kg cuando los organismosinternacionales determinan peso máximo de carga de 23,500 kgs. en cualquierpuerto del mundo. Cuando hablamos de desprecio nos referimos concretamente aque trabajadores de corta edad, en la plenitud de su vida laboral, rondando los30 años con 10 a12 años de antigüedad en determinadas tareas de sobrepeso, tienen envejecida depor vida su columna cervico-dorso-lumbar por esa situación, lo que les ocasionauna disminución importante y de carácter permanente en su capacidad de trabajo,sin que ley haya operado para su protección.
En la sociedad de la esclavitud, se cuidaba,alimentaba y preservaba al esclavo porque se había invertido capital en suadquisición, por lo que se le proveía desde comida y alojamiento en sucondición de explotado, pero evitando su muerte o discapacidad por cuanto se disminuíael capital invertido y se disminuía el trabajo efectivo que realizaba. En lasociedad capitalista, la preservada es la máquina, ya que constituye supuestamentela única inversión de bienes de capital del empresario, dejando la salud de lostrabajadores en manos de las aseguradoras que siempre traducirán los daños enpesos, la magnitud en porcentajes y los salarios en períodos, sin evaluar jamáslos daños sociales, síquicos y físicos finales producidos en el trabajador, masallá de del tiempo de su responsabilidad legal.
Lejos está del espíritu de la ley contemplar estascuestiones, ya que la misma fue votada en plena etapa neoliberal del ´95 comouna forma de fijar los costos corrientes empresariales, no como forma deproteger la salud de los trabajadores y menos aún de medir su impacto en elproceso productivo. Las condiciones de salud y seguridad en el trabajo son solamenteun manual de presunto cumplimiento legal y de trámite administrativo, son lascondiciones mínimas de garantía de que los trabajadores “no se rompan” enocasión del trabajo, por lo cual los exámenes médicos periódicos y lospreocupacionales (cuando se realizan) sólo definen aptitud física y no aptitudpara tipos de tareas. Si un hombre de 58 kgs. de peso, es enviado a cargar bolsasde 50 kgs. cada una, se está produciendo daño bajo responsabilidad de laempresa y la ART,sobre principios civiles que comprenden a la propia ley, y que no pueden serdejados de lado por la sola intención de ella.
Que grandes empresas multinacionales tercericen lastareas riesgosas en empresas “fantasmas” de su propia conducción debería serpenado como delito de homicidio culposo, porque saben que el trabajador sufrirálas consecuencias de su decisión y carece de información para tomar decisionespor sí, en la asimétrica relación laboral. Así hemos tenido trabajadores ciegospor fosforados en descarga de bolsas en puertos privados de grandes empresastransnacionales compañías que efectúan sus operaciones a través de tercerizadas.Hemos atendido en los hospitales públicos a chicos, o sea menores de edad, conEPOC por aspiración de fosforados en las cosechas, utilizados vilmente por laspatronales rurales en especial del tabaco y el algodón.
Sin dudas gran responsabilidad en esto tienen losmédicos laborales los cuales en muchos casos pierden su sentido humanitario ysolidario que los llevó a ejercer la medicina transformándose en representantesmédicos patronales, que cumplen órdenes del dueño del capital, perjudicando nosólo a un trabajador sino poniendo en riesgo un grupo familiar por rechazarpatologías derivadas del trabajo como enfermedades inculpables. En muchos casosserá por no interesarse en la tarea que realiza el paciente trabajador, enotros por desconocimiento de los reales orígenes de la dolencia, pero en todoslos casos es, sin dudas, una mala praxis médica que abandona a los pacientes auna suerte de galimaitías legal, inexcrutable para un obrero que está viviendouna situación dramática. Son responsables de altas precoces los médicos de lasComisiones Médicas de la SRTque no valoran mas allá de las patologías, desconociendo el mundo laboral, lafunción desarrollada, las horas que demanda la misma por jornada, larealización o no de exámenes periódicos y la incidencia en el origen ydesarrollo de la patología, y el daño que el trabajo puede producir sobre unorganismo dañado.
Por algo los accidentes de trabajo y lasenfermedades profesionales, fueron el único capítulo de la medicina actual queen vez de avanzar retrocedió al calor de las políticas neoliberales queafianzaron la lógica del mercado, desconociendo los avances producidos desde la Revolución Industrialdurante el siglo XX en la medicina laboral, donde llegaron a construirsehospitales para patologías derivadas del trabajo. Sin embargo hoy tenemos sóloen trabajadores “registrados” tres muertos diarios, (lo que representa un“Cromagnon” cada dos meses) y en accidentes cerca de los 750 mil trabajadores alaño, de los cuales un 7% son severos, graves e incapacitantes. Esto en plenosiglo XXl, en plena globalización y en supuesto camino a la modernidad, todosenunciados que no contemplan al trabajador como un elemento vital en laevolución de los pueblos y su calidad de vida, al no asegurar su capitalprimigenio que es su salud, su capacidad de producir y de generar recursos paraevitar ser un inválido social, aunque su cuerpo y su mente funcionen.
La defensa de los derechos del trabajador comienza porasegurar su único capital: su salud. No hacerlo, es apostar a una sociedadinjusta y discriminadora con los trabajadores, es no reconocer su papelesencial en la comunidad organizada ni su rol de ordenador social de vanguardiaen la cultura del trabajo y la producción, que es la única cultura que encualquier capitalismo, sea de Estado socialista como liberal, debe prevalecerpara generar una sociedad mas justa.
